viernes, 24 de septiembre de 2010

VIII Marcha cicloturista Sierra de Ayllón - La crónica

Ultima crónica de la temporada, perteneciente a la VIII Marcha cicloturista Sierra de Ayllón en la que participé este pasado domingo 19 de septiembre. Ya participé el año pasado y me gustó mucho así que este año no me lo pensé a la hora de apuntarme. Al igual que el año pasado, había dos posibilidades. Por un lado una ruta corta de 50 km y otra larga de 65 km. Además de la distancia, la principal diferencia entre las dos rutas está en el desnivel total acumulado, mucho mayor en la ruta larga.

Así que al igual que el año pasado hice la ruta larga. Aunque se trate de una marcha cicloturista, esto es como todo, hay mucha gente que se la toma muy en serio y va a toda pastilla, y en mi caso así fue el año pasado y así ha sido este año. No le preparé especificamente, ya que consideré que llegaba en un buen momento en bici después de todos los entrenamientos y triatlones del verano. Eso si, durante las dos semanas previas hice alguna salida con la bici de montaña, ya que no la había utilizado en todo el año y al menos quería tener alguna referencia, ver que todo funcionaba correctamente, ... Como luego veréis, la falta de hábito montando en la bici de montaña tuvo sus consecuencias...

Este año también vinieron algunos compañeros de trabajo, menos que el año pasado pero al final 3 hicimos la ruta larga y otros 3 la corta. También participó mi padre y mi cuñado, que al ser su primera participación se decidieron por la ruta corta (menudos nervios tenían los dos el día anterior...jejeje). El día amaneció fresquito pero sin una sola nube así que durante la mañana pudimos disfrutar de un día espléndido, con algo de calorcito pero lo justo para no tener frío ni estar agobiado por el calor.

Ya desde la salida me encontré bastante bien así que durante el recorrido neutralizado traté de colocarme bastante adelante para que no me ocurriera como el año pasado, que tuve que ir pasando a mucha gente durante los primeros kilómetros. Esta vez, cuando se dió la salida lanzada ya estaba más o menos donde me correspondía así que ni adelanté ni me adelantó mucha gente durante la carrera.

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Llegando a Santibañez, donde empieza el camino que nos lleva hacia el puerto

Hasta llegar a Santibañez el recorrido es sencillo, con algunas subidas y bajadas no muy pronunciadas y con los caminos en muy buen estado. A partir de Santibañez empieza la subida hasta el puerto de los Infantes. La subida es larga, con varios descansos y por terreno bastante más irregular que el de los primeros kilómetros. En mitad de la subida está el primer avituallamiento, en el que hay que decidir si se continúa por la ruta larga o se sigue por la corta. Toda la subida la hice solo con otro ciclista del Club Ciclista de Riaza que venía conmigo un poco forzado pero ofreciendo su colaboración en algunos momentos. Llevamos un ritmo bastante bueno y el objetivo de bajar de 3 horas que me había puesto antes de empezar la prueba estaba a mi alcance. Al llegar al avituallamiento vi que todavía me quedaba bastante agua en los botes así que decidí no parar y seguir para adelante. Hasta llegar al final del puerto continué cogiendo a más ciclistas que intentaban seguir el ritmo pero que tarde o temprano se terminaban quedando.

Tras un poco de llano empezaba la bajada, pronunciadísima al principio y por un terreno con muchísima piedra y muchas roderas. Bajé con bastante precaución hasta que me encontré a dos ciclistas en medio del camino arreglando un pinchazo. Me eché al lado derecho y frené bastante para esquivarles, pero me metí en una rodera de la que no pude salir así que me fuí al suelo. Iba muy despacio así que fué una caida sin consecuencias ni para mi ni para la bici. Mi compañero de marcha del Club Ciclista de Riaza venía por detrás y ralentizó el ritmo para continuar juntos.

Tras este primer tramo de bajada fuerte empezamos a pasar por los diferentes pueblos, primero Becerril, luego Villacorta y Valvieja antes de llegar a Ayllón. Entre medias alguna subida corta pero realmente fuerte, de tener que meter prácticamente todo el desarrollo y subir con calma. Entre Becerril y Villacorta iba muerto de sed por llevar casi media hora sin beber nada entre los baches, la caída, ... Así que en un tramo llano en el que se iba bastante rápido y con el camino en buen estado solté la mano derecha del manillar y antes de que pudiera agarrar el bote pillé una piedra de mala manera y me fuí al suelo de nuevo. Esta caida si que fue fuerte y me hice daño (la bici intacta, es un hierro que no hay quien rompa...jejeje). Una par de rasguños en la rodilla izquierda y un golpe fuerte en el codo izquierdo. Mi compañero de marcha se paró para ver como estaba y me tranquilizó un poco. Todavía quedaban 25 kilómetros hasta la meta y pensé en dejarlo allí, pero al ver que realmente el brazo izquierdo me permitía continuar sin mucho dolor decidí seguir. A partir de ese momento fuí algo más tranquilo, apretando en las zonas que veía sin riesgo y pasando muy despacio las zonas con más dificultad técnica.

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A punto de comenzar a subir el puerto

Realmente el único problema que tenía es que en las zonas muy bacheadas los rebotes de la bici me retumbaban en el codo y que me costaba hacer fuerza con el brazo para subir del plato mediano al grande cuando hacía falta. Así que así, sin prisa pero sin pausa continué y aunque me adelantaron algunos de los que había pasado en la subida al puerto, conseguí recuperar algunas posiciones entre Valvieja y Ayllón. Al final terminé con un tiempo de 2 horas 51 minutos, casi 25 minutos menos que el año pasado así que muy contento. Sin las caidas yo creo que podría haber bajado entre 5 y 10 minutos, pero salió así la marcha y no se puede hacer nada. En cuanto a la posición, según el diploma acabé el 20 de mi categoría y el xx de la marcha larga.

Terminé contento pero con un saborcillo amargo por las caídas. De piernas y "motor" mucho mejor el año pasado pero me he visto muy inseguro sobre la bici de montaña. El año pasado sólo use la bici de montaña entre los meses de julio y octubre así que llegué a la marcha con mucha soltura en las zonas bacheadas. Este año al estar centrado en los triatlones sólo he utilizado la de carretera y eso se ha notado bastante y ha influido yo creo que mucho en las dos caídas. El año que viene participaré pero posiblemente en lugar de ir a toda pastilla a intentar hacer un buen tiempo me lo tomaré con más calma, corriendo menos riesgos y disfrutando más del paisaje, que es bonito de verdad.

Al acabar y empezar a quedarme frío el brazo ya empezaba a doler y sobre todo, empezaba a perder movilidad. La paella post-marcha que hacen para todos los participantes estuvo de 10, como siempre. La verdad es que es lo mejor de todas estas cosas, comentar con todo el mundo como te ha ido, la comida, ...

Por la tarde volví a Madrid y al ver que no podía estirar del todo el brazo ni encogerlo por el dolor estuve en urgencias (Ramón y Cajal). Me quedé sorprendido por la velocidad. En 50 minutos me vieron, me hicieron una radiografía y me atendió una doctora que vió que no había ninguna fractura y que por la forma de dolerme no localizada en un punto concreto del codo lo normal es que fuese un derrame de líquido sinovial. Así que 15 días con el brazo inmovilizado, antiinflmatorios y hielo. La verdad es que ya han pasado 4 días y puedo mover el brazo mucho mejor, con menos dolor y el codo algo menos hinchado. La cosa va bien, recuperando despacio pero un poquito mejor cada día. Para lo que podía haber sido la verdad es que creo que no me hice prácticamente nada.

Y con esto se acaba la temporada. Hora de hacer balance del año (lo dejo para otra entrada en el blog). Ahora 2 o 3 semanas de descanso total, por un lado creo que merecido y por otro obligatorio por el codo. En las primeras semanas de octubre ya habrá que empezar la nueva temporada planteándose nuevos objetivos para entrenar con muchas ganas.

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