miércoles, 8 de octubre de 2014

XXI Marcha Ciclodeportiva Pedro Delgado - La crónica

​Continuando con el periplo de competiciones veraniegas, justo un día después de la travesía en Gandía tocaba hacer la Marcha Cicloturista Pedro Delgado. Aunque he participado alguna vez en marchas cicloturistas de bici de carretera, esta era la primera vez que hacía una “sería”, con 4 puertos, más de 3000 metros de desnivel positivo acumulado y alrededor de 165km de distancia.

La carrera comenzaba realmente pronto, a las ocho de la mañana si no recuerdo mal. Como iba directamente desde casa hasta Segovia y había quedado en Rivas con un amigo para ir juntos, el madrugón fue de impresión :(. Una vez en Segovia tocaba recoger el dorsal y aquí fue donde quizá no medimos bien los tiempos. Había una cola enorme y tardamos mucho más de lo pensado en recoger el dorsal así que nos quedamos casi sin tiempo para prepararnos. Tocaba cambiarse de ropa a todo correr y bajar unos kilómetros en bici desde el Pabellón Pedro delgado hasta el Acueducto donde se daba la salida. Llegamos con el tiempo bastante justo pero llegamos.



El comienzo de la prueba es neutralizado hasta llegar a la Granja. Salimos en mitad del mogollón así que durante esos primeros kilómetros tocaba ir esquivando gente tratando de adelantar todo lo posible. El ritmo a pesar de ser neutralizado era bastante alto sobre todo si querías intentar adelantar todo lo posible en ese primer tramo. Ya en la Granja, casi sin darte cuenta comienzas a subir el puerto de Navacerrada en la cara conocida como las Siete Revueltas. Todavía aquí había mucha gente y aunque iba adelantando poco a poco, en realidad iba casi todo el tiempo metido entre pelotones.

Esta subida se me hizo durilla pero la verdad es que aún estaba fresco y con ganas así que me pareció menos exigente de lo que me había imaginado. El tramo desde Navacerrada hasta Cotos lo hice con un grupo y fuimos a toda pastilla, pero luego en la bajada de Cotos hacia Rascafría la verdad es que me lo tomé con bastante precaución. No quería arriesgar ni un pelo bajando y perdí unos cuantos puestos. Mucha gente se veía que bajaba muy bien pero había otros que la verdad daban auténtico miedo viendo como bajaban a lo loco con muy poca sensación de seguridad bajo mi punto de vista.

La segunda subida del día era el puerto de la Morcuera desde Rascafría, es decir, por su cara más larga pero al mismo tiempo más suave. Poco que comentar de este puerto, se sube realmente bien y es poco exigente, aunque ya los kilómetros empiezan a pesar y todavía queda un montón. En la cima del puerto estaba el segundo avituallamiento (el primero estaba en el puerto de Navacerrada). En este tampoco paré. Seguía llevando líquido en mis bidones y barritas en los bolsillos, suficiente para llegar hasta el tercer avituallamiento en el puerto de Canencia. Pero antes había que bajar el puerto de Morcuera. Este lo bajé algo más rápido, sobre todo en la parte final que tiene curvas bastante abiertas que se ven bien a pesar de que el asfalto tiene algunas zonas en un estado no muy bueno.


El puerto de Canencia subiendo desde Miraflores de la Sierra no es especialmente largo ni duro. De hecho tienes algunas zonas de ligera bajada en mitad del puerto hasta llegar a los dos últimos kilómetros donde ya si que pica para arriba con fuerza. Esos dos kilómetros no los llevé nada bien y me dejaron un poco tocado. Afortunadamente la parada en el avituallamiento que había en la cima del puerto para rellenar los bidones me vino bastante bien y en la bajada del puerto seguí recuperando.

Esta bajada, aunque también la hice con la debida precaución, ya no me adelantaba tanta gente como en las anteriores y los que lo hacían no me sacaban tanta distancia. De hecho lo que ocurrió durante estos dos últimos puertos es que en la subida solía alcanzar y adelantar a muchos de los que me habían adelantado durante la bajada previa. Eso me hacía seguir subiendo con bastante motivación a pesar de que los kilómetros ya pesaban.

El cuarto puerto, ya el último de la jornada, era el de Navafría. Era la primera vez que subía este puerto y la verdad es que le tenía ganas. Había subido una vez en coche a probar el esquí de travesía, pero la verdad es que no tenía casi referencias de la subida. Resultó ser una subida larga y bastante constante. Ya no subía con la misma alegría que el primer puerto, pero esto era para todo el mundo y adelanté en la subida a más gente que en cualquiera de los otros puertos. La verdad es que se me dio bien y me gustó este puerto. Queda apuntado para futuras “etapas serranas”.



La bajada de Navafría tampoco la conocía así que también me la tomé con precaución y volví a perder algunos puestos. A partir de aquí quedaban unos 40 kilómetros de terreno relativamente fácil, ya sin puertos pero con algunos repechos que todavía harían algo de daño. Nada más terminar la bajada del puerto empecé a ver pequeños grupos a tiro de piedra así que apreté bastante fuerte hasta conseguir alcanzarlos. Me ocurrió lo mismo con dos o tres grupos pequeños hasta que finalmente juntamos un grupo de pocas unidades con los que iban aguantando el ritmo que llevábamos.

Pero no acabó aquí la fiesta y es que aún teníamos un grupo bastante grande que se veía a lo lejos. Tuve dudas sobre que hacer, si intentar alcanzarlo o no, y más viendo que el grupo en el que iba no tenía pinta de estar muy por la labor de ayudar. Poco a poco fui acelerando casi sin querer con la ayuda de otro ciclista que daba buenos relevos inicialmente y nos fuimos los dos solos a por el grupo de delante. Nos tiramos unos 10-15 kilómetros realmente fuertes en los que poco a poco íbamos recortando distancias hasta que finalmente dimos caza a ese grupo. Fue un calentón de los buenos en los que ya me quedé prácticamente sin piernas.

A partir de ahí me tomé unos kilómetros metido en el centro del grupo, que era bastante grande y rodaba a buen ritmo. A rueda recuperé un poco y en los kilómetros finales incluso di algún relevo en el grupo, que cuando picaba un poco para arriba flojeaba un poco. Así nos fuimos acercando hasta la meta en Segovia donde aceleramos de nuevo el ritmo en los kilómetros finales. Incluso tuvimos un sprint para entrar en meta, en el que vi que ya no tenía piernas para casi nada :(.



Muy contento con el tiempo, consiguiendo el diploma de Oro que había ido buscando desde que miré como íbamos de tiempo al terminar el último puerto. En mi categoría había que hacer menos de 5h35m si no recuerdo mal para conseguir el diploma de Oro y según la organización hice 5h21 (desde la Granja que es donde acababa el recorrido neutralizado) a una media de 28.75km/h. Acabé en el puesto 487 de la clasificación general de un total de 2138 inscritos y 1973 participantes.

Los datos que grabé con mi Garmin 810 fueron estos: 163.4km en 5:40:33 a una media de 28.8km/h, con 3050 metros de desnivel positivo acumulado, 134ppm medias, 169ppm máximas, 189 vatios medios, 223 vatios normalizados y una cadencia de pedaleo media de 70rpm. Tanto en la potencia media como en la cadencia media se tienen en cuenta los períodos de bajada en los que no se va pedaleando (potencia y cadencia cero por tanto). Otro dato importante es que la potencia media máxima en un tramo de 20 minutos fue de 272 vatios, coincidiendo con la subida al primer puerto. Vamos, que subí ese puerto bastante fuerte :).



Tras terminar la marcha, buen avituallamiento para comer y beber lo que te apeteciera, ducharte en el polideportivo y en definitiva terminar de pasar el día. Me gustó mucho en general toda la organización de la marcha y lo pasé realmente bien. Fue dura si, pero lo llevé bastante bien y las piernas respondieron a la perfección. Me falta bajar un poco mejor, con más seguridad y con menos nervios, pero bueno poco a poco. Seguro que repetiré si no esta otras marchas cicloturistas de este tipo.

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