Ecotrimad 2013 - La crónica

Ecotrimad 2013, tercer triatlón que hago esta temporada, tercer medio Ironman tras Elche y Canet y segunda participación en Ecotrimad tras la de 2011. El triatlón se celebró el 8 de junio en un día complicado desde el punto de vista meteorológico, con el agua bastante fría (aunque menos de lo que se preveía las semanas anteriores), muy nublado y amenazando tormenta durante la bici (con granizada incluida) y con muy buena temperatura para la carrera a pie.

Pero bueno, antes de entrar en faena un poco de antecedentes sobre la misma. Se trata de uno de los pocos triatlones de media distancia que podemos disfrutar en la Comunidad de Madrid. Eso si, es un triatlón duro, nada del típico circuito de bici y carrera a pie prácticamente llanos que encontramos habitualmente en la costa mediterránea. Aquí la bici es dura, no de montaña con puertos duros pero si muy rompepiernas, con continuos toboganes  y tan sólo un tramo llano de pocos kilómetros donde poder llevar un ritmo constante. La carrera a pie también tiene su miga ya que salvo la zona de la presa que es llana, el resto es también de subida o bajada todo el rato.

En un principio me había apuntado como siempre en mi grupo de edad 35-39. Pero según se acercaba la prueba y se iba consolidando la lista de inscritos algunos amigos me convencieron para cambiarme y probar a correr en categoría élite por primera vez. La razón principal era tratar de ayudar al equipo, ya que había que intentar conseguir una buena clasificación por equipos y para ello es conveniente presentarse con más de tres triatletas en categoría élite por si hay algún problema en carrera. Ya le había dado vueltas a la idea en otras carreras anteriores, pero nunca me había decidido, ya que aunque esta distancia se me da bien, siempre me había "comprometido conmigo mismo" a hacer algún podium o top 5 en mi grupo antes de "dar el salto".

El caso es que, con muchas dudas, me cambié de categoría. Sabía que eso tenía sus ventajas y sus inconvenientes. En este caso, viendo como transcurrió la carrera pesaron más los inconvenientes que las ventajas como veréis posteriormente. Otra duda con la que me presentaba al triatlón era la bici con la que hacer la prueba. Hace un par de semanas estuve con unos cuantos amigos Diablillos haciendo el recorrido y lo hice con la cabra. Me pareció que, aunque no fuese un circuito claro de cabra, con el desarrollo adecuado para no tener que usar tanto el cambio de plato, si que se podría aprovechar. Eso si, siempre que no lloviese, lo que haría que el tiempo que perdería en las bajadas (por lo mal que frenan las cabras, ser menos manejables y no "generar tanta confianza") no compensase lo que podría ganar en el resto del terreno.

Esta segunda duda la resolví la misma mañana de la carrera, donde viendo la previsión del tiempo y como andaba el cielo me decidí por usar la cabra. Como veréis posteriormente, este fue el segundo error que cometí en este triatlón. Así que me tocó montar en la Zipp 404 trasera el cassette de 12x25 en lugar del 11x23 que tenía montado. 

Tras tres semanas de carga bastante fuertes después de Canet, la semana previa al Ecotrimad fue bastante tranquila. Entrenos en general suaves, con algún pequeño toque de intensidad para mantener un poco las sensaciones y tratando de descansar lo máximo posible, con visita al fisio a principios de semana incluida. El miércoles en el entreno de bici me encontré como hacía muchísimo tiempo, con una sensación de fuerza, de pedalada fácil y potente, que hizo que me tuviese que ir controlando todo el rato para no pasarme, que no tocaba todavía. Con este antecedente la verdad es que tenía puestas muchas ilusiones de hacer una buena carrera el sábado.

Bueno, pues el sábado afortunadamente no tocaba madrugar demasiado. El triatlón empezaba a las once y estuve durmiendo la noche anterior en casa de los padres de mi cuñado, a unos 4 kilómetros de Buitrago. Así que fui a boxes directamente en bici rodando tranquilamente. Había dejado todo preparado la noche anterior, así que en boxes la preparación de todos los bártulos fue bastante rápida.

Obviamente, natación con neopreno obligatorio. También utilicé por primera vez un gorro de neopreno. Bueno lo estrené en la piscina un par de días antes para ver que no tenía problemas con él. La verdad es que lo agradecí, ya que aunque el agua estaba bastante fría, sólo lo noté en la cara durante los primeros metros, y la cabeza estuvo relativamente caliente. Sabía que uno de los inconvenientes de salir en élite, es que el nivel medio de natación es mucho más alto que el mío, así que posiblemente me tocaría nadar solo o practicamente solo. Y así fue.

Hasta la primera boya era bastante fácil orientarse gracias a un par de torres que hay en la presa justo en la dirección de la boya hacia la que hay que nadar. Esa primera boya estaba a unos 700 metros. Rápidamente me quedé bastante solo nadando, pero se veía la trayectoria de los que iban por delante así que no era muy complicado ir recto. Otra cosa fue el trayecto entre la primera y la segunda boya, de unos 800 metros. En ese trayecto no se veía la boya hasta que no estabas casi a mitad de camino. Afortunadamente, nada más pasar la primera boya me adelantó la primera chica (imagino que Ana Burgos), fácilmente identificable por el color del gorro, que había salido dos minutos después y decidí ir siguiendo su estela (no sus pies, que iba considerablemente más rápido que yo) hasta que dejase de verla. A partir de ahí ya si que se veía, aunque con dificultad, la boya a lo lejos. El último tramo fue más sencillo en cuanto a orientación, aunque se me hizo muy largo.

No tuve la sensación de ir nadando especialmente bien, pero tampoco mal, en mi línea de las últimas semanas. El tiempo oficial fue de poco más de 36 minutos, y viendo los tiempos de todo el mundo debió ser una natación larga (mi Garmin midió casi 2000 metros) ya que compañeros del club que nadan mejor que yo suelen hacerlo en dos o tres minutos menos de lo que hicieron aquí.

La transición era bastante larga y la verdad es que me salió un poco desastrosa. No conseguía sacar el neopreno por los tobillos y no me veía con el equilibrio suficiente en ese momento como para mantenerme a la pata coja así que me senté a quitármelo. Como hacía frío y seguía bastante nublado me puse los manguitos, y tardé una eternidad en hacerlo. Con los brazos mojados cuesta un montón hacerlo. Tuve la sensación de estar perdiendo una eternidad. Lección aprendida para el futuro: si tienes intención de ponerte manguitos en una transición lo mejor es dejarlos "remangados" como para colocarte un calcetín largo y así conseguir que todo el manguito pase la mano y llegue a la muñeca al mismo tiempo. Subirlo luego desde ahí es mucho más sencillo y rápido. Eso si, vi más bicis de las que me imaginaba, pero vamos, el "grueso" de la categoría ya había salido como es lógico.

Empieza la bici y me adelanta un compañero del club que había salido unos segundos detrás mío de la natación. Anda bastante bien en bici así que le voy llevando a la vista todo el rato durante la primera subida en dirección a Manjirón. Lleva un buen ritmo. Tras adelantar a un par de triatletas y ser adelantado por otros dos triatletas en los primeros kilómetros empieza la "travesía en el desierto". Durante el resto de la primera vuelta voy completamente solo, un poco perdido. Trataba de ir fuerte pero algo no estaba funcionando bien, no me veía como habitualmente con esas ganas de apretar para coger al que llevas a la vista. Era más un tema mental que físico, la cabeza no estaba funcionando como habitualmente.

El colmo vino al empezar la bajada desde Manjirón a Buitrago para terminar la primera vuelta y empezar la segunda. Empezó a llover, primero tímidamente, luego un poco más fuerte y por último a granizar. Afortunadamente no fue demasiado tiempo, unos cinco minutos, pero me pilló justo al empezar esa bajada, con lo que terminé de quedarme helado. Si me hubiera pillado subiendo supongo que no habría sido así. El caso es que la primera mitad de la segunda vuelta voy con bastante frío y me hace recordar lo mal que lo pasé hace dos años también en el Ecotrimad donde granizó mucho más fuerte y me entró una tiritona como en la vida. Llevo las piernas bastante bloqueadas y en vista de que la cosa no iba como esperaba me centro en intentar mantener la potencia que había llevado durante la primera vuelta, que por otro lado no había sido mala (213 vatios).

Eso si, con el asfalto mojado la cosa no estaba para arriesgar así que tomo mis precauciones durante las curvas más delicadas de las bajadas, que no eran pocas. Termino la bici con 209 vatios medios y 237 vatios normalizados. Los vatios medios coinciden con los de Elche y Canet, pero los normalizados son más altos (218 en Canet y 223 en Elche). Aún así sabía que no había hecho una buena bici, ya que no tenía la sensación de haber sacado todo el partido posible ni a la cabra ni al recorrido, que daba para mucho mas. Además, la velocidad media que había salido era bastante paupérrima para lo que creo que podría haber sacado.

La segunda transición fue mejor que la primera, pero eso si, con un dolor en los talones y el resto de la planta de los pies bastante gordo de ir clavándome las piedrecitas que había debajo de la fina moqueta que habían colocado en todo el tramos que había que ir corriendo. Decido dejarme puestos los manguitos, ya que no hacía calor y me encontraba cómodo con ellos puestos. Llevaba ya un buen rato con algo de ganas de hacer "aguas menores" y al salir de la transición, con el ajetreo de correr, no quedó más remedio que parar un momento. No se cuanto tiempo sería pero se me hizo eterno y más al ver como me adelantaban algunos triatletas.

El primer tramo de la carrera a pie se me hizo bastante ameno, a pesar de que seguía sin ir enchufando en carrera. Por alguna razón que desconozco el Garmin no me estaba marcando la distancia ni el ritmo, al igual que ocurrió en la bici y es que desde la primera transición le dió un mareo que me llevó al Golfo de Guinea (no es broma) por lo que vi posteriormente en el ordenador. Así que iba echando cuentas mentalmente al pasar los puntos kilométricos del ritmo que estaba llegando. En el kilómetro 2 más o menos ya había adelantado a los que me pasaron durante mi "pit stop" y de nuevo me encontré totalmente solo. No tenía a nadie a la vista al que intentar "dar caza".

El paso por Buitrago se hizo bastante duro, con algunos cuestones y sobre todo antes de entrar en el recinto del Colegio Gredos donde había que subir un tramo de escaleras para cruzar por un paso elevado que te dejaba dentro del colegio. Así terminó la primera vuelta y al empezar la segunda comencé a ver gente de grupos de edad que estaba iniciando su primera vuelta. Eso me hizo cambiar el chip al ver que iba adelantando de vez en cuando o que al menos iba recortando distancia a otros triatletas que llevaba a la vista. A partir de aquí ya si que tuve la sensación de estar corriendo realmente bien, como suelo acostumbrar y fue cuando empecé a disfrutar un poco de la carrera, ya que hasta ese momento la verdad es que no lo había hecho.

La última vuelta ya era mucho más corta, sólo había que bajar desde la zona de la presa hasta el pueblo para terminar corriendo unos metros por encima de la muralla antes de entrar en meta. Por cierto, que me pareció un poco mal como estaba situada la meta ya que estaba realmente cerca de las escaleras por las que bajabas de la muralla, y en caso de llegar muy apurado con otro triatleta prácticamente para esprintar. Afortunadamente en mi caso pude entrar relativamente tranquilo en meta ya que subí a la muralla por delante del último triatleta al que había adelantado y aumenté la distancia en ese último tramo antes de bajar las escaleras.

Eso si, aunque no me gustó como estaba situada la meta, la plaza al lado del castillo donde estaba toda la zona post-meta si que me gustó. Muy amplia y podías estar allí perfectamente comiendo y bebiendo algo (había de todo y en abundancia) mientras comentabas la carrera con tus familiares y amigos.

Y eso es todo lo que dio de si la carrera, una prueba más, en la que creo que no rendí como creo que tenía que haberlo hecho y que me deja un sabor de boca un poco amargo. No obstante, creo que físicamente estoy en un momento muy bueno y achaco más al tema mental  el hecho de no haber rendido como creo que podía haberlo hecho. Y tratando de encontrar el lado positivo de esta carrera, no me arrepiento de haberme "atrevido" a probar en otra categoría.

Para terminar, los números de la carrera, como siempre. Primero lo que grabé con mi Garmin:

- Natación: 1962m en 36:44

- T1: 4:42​

- Ciclismo: 2:25:38 con 146ppm medias, 168ppm máximas, 209w (Z3.3) medios, 237w (Z4.0) máximos y 72rpm medias. Distancia no medida por fallo de la señal GPS.

- T2: ​2:28​

- Carrera a pie: 1:31:46 con 152ppm medias y 166ppm máximas. Distancia no medida por fallo de la señal GPS.

- Total: 4:41:18

Y los tiempos oficiales fueron de 36:09 en la natación, 4:44 en la T1, 2:25:36 en el ciclismo, 2:29 en la T2, 1:31:44 en la carrera a pie y un tiempo total de 4:40:45. Todos los tiempos cuadran bastante bien y por lo que recuerdo di siempre al lap en el Garmin al pasar por las alfombras, así que no entiendo muy bien esos casi 40 segundos de diferencia en el tiempo de la natación y 33 en el tiempo total, pero bueno tampoco le doy mucha importancia. Acabé en el puesto 54 de la general absoluta masculina, 23 de la general élite, y si nos ceñimos al Campeonato de Madrid, terminé en el puesto 36 de la general masculina y 12 de la categoría élite masculina madrileña. Viendo las clasificaciones el resultado no ha sido precisamente malo, pero siempre me gusta quedarme con las sensaciones que me ha dejado una prueba, y no han sido ni mucho menos como indica el resultado final. Se que tenía para más...

En principio y salvo algún cambio de última hora esta ha sido mi última carrera antes del Ironman de Zurich, para el que quedan 7 semanas. Se que van a ser bastante duras, pero espero poder llevarlo al menos igual que he llevado los períodos de carga y entrenos fuertes de las últimas semanas.