30ª Subida a la Quesera - La crónica

El pasado sábado día 14 de septiembre participé en la edición 30 de la Subida a la Quesera. El año pasado desgraciadamente no pude participar así que este año venía con muchas ganas. Sabía que estaba bastante bien en bici y tenía la intención de hacer un buen papel y tratar de mejorar mi mejor marca en esta competición en la que tantas veces he participado.

No es que hubiera preparado especialmente la prueba, pero si que he hecho durante el mes de agosto bastantes puertos (Lagos de Covadonga, dos subidas a la Quesera, una a la Pinilla, ...) que creo me han venido bastante bien para llegar aquí con un buen puntito cuando la carretera se empina. También tenía el aliciente de que por primera vez vinieron a correr la prueba dos amigos del club, que terminaron muy contentos con la prueba, lo hicieron muy bien y lo pasaron también muy bien.

Así que nos presentamos en la zona de salida con tiempo suficiente para calentar un rato, comentar un poco como era la subida y empezar la vuelta neutralizada al pueblo. Ya cuando encaramos la recta que sale del pueblo, una vez pasada la rotonda de la residencia la gente comienza a ponerse nerviosa, así que toca coger posiciones delanteras. Todavía falta un poco para dar la salida lanzada, pero todo el mundo quiere estar lo más delante posible.

Al pasar la última casa comienza la carrera realmente, y como siempre, los primeros kilómetros hasta empezar la bajada que lleva hacia Riofrío, son algo nerviosos. Siempre hay alguna escaramuza, pequeños ataques que hacen que se mantenga un ritmo fuerte pero llevadero y que separa un poco "el polvo de la paja". Nada más terminar la bajada empieza el puerto de verdad y cada uno ya se pone en su sitio.

Voy en un segundo grupito a unos metros del grupo de cabeza, que lo llevo a la vista durante la primera parte de la subida. Poco a poco se van alejando, pero al llegar al descansito que hay en la zona de la presa todavía los veo a lo lejos. Ya a partir de aquí todo lo que llevo a mi alrededor es un reguero de ciclistas. Nada de pelotones, cada uno va a lo suyo, como mucho intentando seguir a otro y poco más. Durante el resto de subida doy caza a algunos ciclistas que llevaba a la vista desde la zona de la prisa y a los que fuí recortando la distancia poco a poco.

En la parte final, los dos últimos kilómetros, la verdad es que ya llevo las piernas bastante reventadas. Me cojen por detrás dos ciclistas que venían a un ritmo ligeramente superior al mío y trato de pegarme a ellos en cuanto me pasan. Pero no duro a su rueda ni 200 metros. Ya no tengo gasolina para más así que toca aguantar hasta el final de la subida tratando de no perder más posiciones.

Llegando al último kilómetro ya se empieza a ver gente que ha subido arriba a ver el final de la carrera. Miro para atrás y veo que relativamente cerca vienen tres ciclistas así que toca apretar con lo poco que ya queda para conseguir que no me pasen. Por poco, pero finalmente lo consigo y acabo en el puesto 26 de la general con un tiempo de 31:45. Son 40 segundos menos que mi mejor tiempo realizado en esta prueba en 2011.

También conseguí mi record de vatios, con una media de 279w en toda la prueba y de 293w en los mejores 20 minutos de la prueba. Son 15 vatios más que los que hice la última vez que "me probé" en la subida de Vall d'Ebó tanto en Semana Santa como durante el mes de agosto. Hay que tener en cuenta que desde hace pocos días instalé las bielas Rotor Power en la Orbea Orca, es decir, que no estoy midiendo la potencia con el Powertap y sospecho que el Rotor Power mide algo más de potencia que el Powertap (aunque sea únicamente por las pérdidas de potencia en la transmisión de la misma desde las bielas hasta el buje de la rueda trasera). Así que de esos 15 vatios de ganancia, una parte no es ganancia real. Lo que cuenta es que a partir de ahora mi intención es usar Rotor Power para todo, así que los 278w de FTP son los que tengo que usar como referencia a partir de ahora.

Y poco más que contar. Como siempre tras terminar la prueba los clásicos bocadillos ya en Riaza, que entran de maravilla, y la entrega de premios, que este año fue bastante más ágil que otros años y se hizo bastante rápido.